El ejercicio y la actividad física, un aliado importante de la digestión
El ejercicio y la actividad física, un aliado importante de la digestión
¿Sabías que el ejercicio y la actividad física pueden mejorar tu digestión? Muchas personas sufren de problemas digestivos como estreñimiento, gases, hinchazón, acidez o reflujo. Estos problemas pueden afectar la calidad de vida y el bienestar de las personas, además de aumentar el riesgo de enfermedades como el síndrome de intestino irritable, las úlceras o el cáncer de colon.
El ejercicio y la actividad física pueden ayudar a prevenir y aliviar estos problemas, ya que tienen múltiples beneficios para el sistema digestivo. Algunos de estos beneficios son:
– Estimulan los movimientos intestinales, lo que facilita la evacuación y previene el estreñimiento.
– Mejoran el flujo sanguíneo hacia el tracto digestivo, lo que favorece la absorción de nutrientes y la eliminación de desechos.
– Fortalecen los músculos abdominales, lo que mejora el tono y la función del esfínter esofágico inferior, evitando el reflujo y la acidez.
– Reducen el estrés, lo que disminuye la producción de ácido gástrico y la inflamación intestinal, causas comunes de la gastritis y las úlceras.
– Regulan el apetito y la saciedad, lo que evita el consumo excesivo de alimentos y las comidas pesadas que dificultan la digestión.
¿Qué tipo de ejercicio y actividad física son los más recomendados para mejorar la digestión?
No todos los ejercicios y actividades físicas son iguales a la hora de mejorar la digestión. Algunos factores que hay que tener en cuenta son:
– La intensidad: se recomienda realizar ejercicios de intensidad moderada a baja, como caminar, nadar, andar en bicicleta o hacer yoga. Los ejercicios de alta intensidad, como correr, saltar o levantar pesas, pueden provocar malestar abdominal, náuseas o vómitos si se realizan justo después de comer o con el estómago vacío.
– La duración: se recomienda realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día, preferiblemente repartidos en varias sesiones. El ejercicio prolongado puede causar deshidratación, lo que afecta la producción de saliva y los jugos gástricos, necesarios para una buena digestión.
– El momento: se recomienda realizar el ejercicio al menos una hora antes o dos horas después de las comidas principales. El ejercicio justo antes o después de comer puede interferir con la digestión, ya que desvía el flujo sanguíneo hacia los músculos y lejos del tracto digestivo.
– La postura: se recomienda evitar los ejercicios que impliquen una flexión excesiva del abdomen, como los abdominales o las sentadillas, ya que pueden aumentar la presión intraabdominal y provocar reflujo o hernia hiatal. También se recomienda evitar los ejercicios que impliquen una torsión excesiva del tronco, como el golf o el tenis, ya que pueden irritar el estómago o el intestino.
¿Qué otras medidas se pueden tomar para mejorar la digestión?
Además del ejercicio y la actividad física, existen otras medidas que se pueden tomar para mejorar la digestión, como:
– Seguir una dieta equilibrada, rica en fibra, frutas, verduras y cereales integrales, y baja en grasas saturadas, azúcares refinados y alimentos procesados.
– Beber suficiente agua, al menos 2 litros al día, para mantener una buena hidratación y facilitar el tránsito intestinal.
– Evitar el consumo de alcohol, tabaco y café, ya que irritan la mucosa gástrica e intestinal y alteran el equilibrio de la flora bacteriana.
– Evitar el consumo de alimentos que produzcan gases, como las legumbres, los lácteos o las crucíferas (coliflor, brócoli, repollo), si se tiene tendencia a sufrir flatulencias o hinchazón abdominal.
– Comer despacio, masticando bien los alimentos y evitando hablar o distraerse mientras se come.
– Evitar acostarse inmediatamente después de comer o cenar. Se recomienda esperar al menos dos horas antes de irse a la cama y elevar la cabecera del colchón unos 15 centímetros para evitar el reflujo nocturno.
¿Qué hacer si se tiene un problema digestivo persistente o grave?
Si se tiene un problema digestivo que no mejora con el ejercicio, la actividad física y las medidas dietéticas, o que se acompaña de síntomas como dolor abdominal intenso, sangrado rectal, pérdida de peso involuntaria o anemia, se debe consultar con un médico especialista en gastroenterología. El médico podrá realizar las pruebas diagnósticas necesarias, como una endoscopia, una colonoscopia o una ecografía abdominal, y prescribir el tratamiento más adecuado según el caso.
El ejercicio y la actividad física son un aliado importante de la digestión, pero no son suficientes por sí solos. Se debe llevar un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada, una buena hidratación y un control del estrés. Además, se debe acudir al médico ante cualquier signo de alarma que indique un problema digestivo más serio.
Aunque el ejercicio es beneficioso para la salud digestiva, es importante complementarlo con una atención médica especializada, especialmente si experimentas síntomas persistentes o problemas específicos. El Dr. Francisco Cañón, especialista en enfermedades digestivas, puede proporcionar orientación personalizada y asegurarse de que estás cuidando adecuadamente de tu sistema digestivo.
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